Naho y sus amigos están decididos a salvar a Kakero, quizá no para eliminar los remordimientos de quienes escribieron las cartas, sino para tener un mejor presente para sí mismos. Por eso todos se esforzarán para que Kakeru disfrute al máximo el festival deportivo, pero el apoyo no terminará ahí. Deberán tomarse otras medidas para que su vida continúe, aun a expensas de la que pudo haber sido una maravillosa historia de amor.